Una de cal y otra de arena. Artur Mas ha continuado este sábado con la estrategia que tanto Junts pel Sí y la CUP están empleando de cara al público para marcar perfil propio en la negociación entre ambas formaciones. Por un lado, se muestran duros y reivindican su capital político y su poder en las negociaciones. Por otro, tienden siempre una mano a la otra formación y dejan entrever que acabará habiendo acuerdo.

Después de diez días sin hacer declaraciones, el president en funciones no ha querido hacer hincapié en el acuerdo que tiene su coalición para que él sea el presidente. Algunas voces dentro de CDC insisten en privado en que están dispuestos incluso a convocar elecciones de nuevo si la CUP no accede a investir a Mas. El líder convergente, sin embargo, se ha limitado a emplazar a su partido a “no perder la claridad de objetivos, el coraje y la persistencia” y no ha dicho nada sobre su papel. “Os quiero tranquilizar porque acabaremos saliendo de esta”, ha dicho sobre la dificultad de negociar con un partido como la CUP.

En la otra cara de la moneda, Mas ha recordado a la CUP que JxSí es la coalición mayoritaria y que no puede obligar a imponer su agenda con sólo 10 diputados, algo que ha calificado de “enojoso”. “Junts Pel Sí tiene 62 diputados, y la CUP 10”, ha señalado Mas en el consejo nacional de CDC. “Lo que hemos hecho entre todos, no lo estropeemos entre todos”, ha afirmado el president en funciones, que ha reconocido que el proceso se halla estos días “en un punto muerto, en semanas complicadas, desconcertantes”. Mas tampoco ha querido hacer ninguna referencia a las peticiones del partido anticapitalista de realizar “pasos irreversibles” hacia la independencia, que pasarían por desobedecer leyes y tribunales estatales.

La CUP tampoco quiso nombrar a Mas el jueves pasado durante su esperada conferencia política. La formación asamblearia jugó al mismo juego: por un lado, insistieron en que no se habían movido ni un ápice en sus planteamientos e insistieron en que el proyecto independentista iba mucho más allá de “patios particulares”, para después afirmar que “nadie sobra en este proceso”.

Lo que tienen claro tanto JxSí como la CUP es que las negociaciones van para largo. El president ha recordado que las conversaciones requieren tiempo, “tiempo que tenemos”, ha recordado. Dentro de JxSí no descartan que el acuerdo llegue después de varias votaciones en el Parlament y tras apurar los plazos hasta los últimos días, incluso después de las elecciones generales.

El discurso conciliador de Mas ha cambiado de tono cuando ha hablado del Ejecutivo de Mariano Rajoy y de las voces que consideran que los partidos independentistas perdieron el plebiscito el pasado 27 de septiembre. Mas ha calificado de “cinismo” considerar que el soberanismo perdió el 'plebiscito' por haber conseguido un 48% de los votos. “Cuentan en el lado del ‘no’ incluso a los votos en blanco”, ha afirmado. “No sé qué curso de matemáticas han pasado para no saber que un 39% -los votos de PP y C’s- es inferior a un 48%”.